"La
farsa judía" es un libro escrito por Hannerl Gossler y prologado por
Salvador Borrego. Narra los hechos que condujeron a la Segunda Guerra Mundial;
contra qué y cómo combatían en realidad los aliados y expone la verdad sobre
los campos de concentración, las cámaras de gas y la situación judía. Fue
publicado en 1982.
“Juicio Final” es un examen panorámico que
arroja luz sobre aquellos terribles acontecimientos, y penetra hasta el fondo
del problema. Ahora bien, como es un problema que todavía está vigente; como es
una tragedia que todavía azota en Vietnam, en Polonia, en Cuba o en
Centroamérica, y como es un peligro que crecientemente amenaza a todo el mundo,
este libro es ahora de plena actualidad.
La
segunda guerra mundial no ha terminado. Lo que en ella se debatía sigue a debate.
Es como si en una enfermedad mortal cesa la fiebre, pero sigue cundiendo el
virus que destruye las fibras más profundas del organismo humano.
Ahora,
como en 1939 y en 1945, la suerte del mundo sigue pendiente de una lucha sutil
en el ámbito de las ideas, que en cualquier momento puede irrumpir de nuevo
como una lucha terrible entre fuerzas armadas y de fuerzas armadas contra
civiles inermes.
“Juicio
final” relata el infierno de las ciudades alemanas bombardeadas; el holocausto
de Nagasaki e Hiroshima; las vejaciones, saqueos y crímenes cometidos contra la
población civil alemana después de que terminó la guerra, y señala un aspecto
poco conocido (por seguir siendo ocultado), de lo que ocurrió en Alemania
después de la rendición incondicional: la crueldad con que actuaron las tropas
de ocupación. Una crueldad que no se ablandaba ni ante niños huérfanos y
hambrientos.
De
los soviéticos no extraña nada, pues el marxismo que los alienta mató en forma
directa o indirecta a 62 millones de rusos entre 1917 y 1945. Pero, ¿los
ingleses, los franceses y los norteamericanos? …Pueblos civilizados, cuyas
tropas actuaron tan bárbaramente contra una población civil inerme…
Este
libro descorre el velo de mentiras y abre la puerta a la verdad no sólo de las
injusticias que se cometieron, de los atropellos de los soviéticos, de la
conjura del judaísmo, de los campos de concentración alemanes, sino también de
los odios de los estadistas de aquella época sangrienta…
¿Sabía
usted que los salvajismos en los campos de concentración alemanes fueron
cometidos por los mismos reos y no por los alemanes?
Cientos
de miles de cadáveres incinerados en los hornos crematorios, eran víctimas
alemanas y no judías como se ha hecho creer.
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