Una hipótesis
revolucionaria que demuele las doctrinas oficiales sobre el descubrimiento de
América.
El respetado
estudioso francés Jacques de Mahieu exhuma pruebas de que los Templarios
participaron en la colonización precolombina de América, y de que América, a su
vez, aportó cuantiosas riquezas al tesoro legendario de la controvertida Orden.
Colón llegó
después. ¿Después de quién? Aparentemente, después de muchos avezados
navegantes: los antiguos hebreos, los polinesios, los monjes irlandeses, los
vikingos y, según Jacques de Mahieu, los Templarios. La hipótesis de este tenaz
y poco ortodoxo historiador francés está asentada sobre un cúmulo de datos,
testimonios y pruebas arqueológicas, iconográficas y documentales de primera
mano, recogidas en el curso de pacientes y objetivas investigaciones sobre el
terreno.
América, afirma el
autor, era el «Secretum Templi».
¿De dónde venía la
plata con que la Orden de los Templarios inundó Europa si en aquel entonces no
se explotaba en el viejo continente ninguna mina de aquel metal precioso? ¿Para
qué servía el puerto militar templario de La Rochelle, que aparentemente no
conducía a ninguna parte? ¿Adonde fueron a parar los archivos templarios,
trasladados a La Rochelle en vísperas de la disolución de la Orden? ¿Dónde se
refugió su flota del Atlántico, desaparecida misteriosamente? ¿Cuál es el
origen de los símbolos herméticos europeos y de las cruces templarías en la
América precolombina? ¿Qué significa el sello, descubierto en los sótanos del
Grand Sceau de France, que muestra a un amerindio típico, flanqueado por una
esvástica de brazos redondeados y por una runa de Odín, dos símbolos del
imperio vikingo de Tiahuanaco?
No es extraño, por
ello, que las leyendas aztecas y mayas conservaran reminiscencias de la
colonización templaria, y de que en la estructura social de los aztecas, y en
su lengua y su religión, perduraran rastros de las jerarquías, la mística, los
símbolos y el esoterismo de la Orden anatematizada.
No pude bajar!
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