Descripción

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domingo, febrero 10, 2013

Almas Ardiendo - Leon Degrelle





LEON DEGRELLE es, como todos sabemos, el último superviviente de los grandes Jefes del Movimiento llamado “fascista” que ha tenido la más directa participación en el drama histórico de la segunda guerra mundial. Hitler sucumbió bajo las ruinas de Berlín, todos sus colaboradores de primera fila, Göring, Ribbentrop, Himmler, han caído de manera trágica. Mussolini fue fusilado y después ahorcado. Ahorcaron igualmente , en Praga, a Monseñor Tisso, el caudillo de los Eslovacos. El Mariscal Petain murió, a los noventa y un años, encarcelado en la Isla de Ré. Laval fue abatido por doce balas en Fresnes. También fueron fusilados Mussert, jefe de los nacionalsocialistas holandeses, y Quisling, líder de los noruegos.


León Degrelle era el más joven de todos los conductores de la “Nueva Europa”. A los veintinueve años, con sus dinámicos escritos y su inflamado verbo, había levantado la masa más idealista del pueblo belga. Centenares de millares de electores habían asegurado a Degrelle un gran triunfo. Su movimiento, muy social, basado en los más puros principios del catolicismo, había entusiasmado extraordinariamente a la juventud.

Fueron millares de jóvenes belgas, maravillosos de fe, los que siguieron a Degrelle en la Cruzada Anticomunista del Frente del Este. El Jefe rexista se alistó en ella, como soldado raso, para compartir exactamente los sufrimientos de sus camaradas más humildes. Llegó a General, consiguiendo todos sus ascensos por méritos de guerra. Fué herido cinco veces. En su hoja de servicios, cuenta anotados 62 combates cuerpo a cuerpo. Está en posesión de las más altas condecoraciones militares, entre las que figuran el famoso Collar de la Ritterkreuz y las Hojas de Roble. 


Luchó hasta el último momento en el frente y, milagrosamente, durante la noche del mismo día de la capitulación, utilizando un avión abandonado, pudo salvarse, después de un vuelo, sobre territorio enemigo, de más de dos mil kilómetros.



El libro ALMAS ARDIENDO, de “insuperable hermosura”, como escribe en su prólogo el doctor Marañón, es la más íntima y espiritualista de las treinta obras de Léon Degrelle, escritor de primer orden, gran poeta, además de político famoso y heroico.

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