Descripción

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miércoles, febrero 13, 2013

Jacques de Mahieu - El imperio vikingo de Tiahuanacu (América antes de Colón)




Gran cantidades de escrituras runas (vikingas) por toda meso y Sudamérica, perfectamente traducidas. Los nombres de muchas instituciones, pueblos, denominaciones, dioses,etc. son intraducibles o de traducción absurda en las lenguas nativas aymara, quechua, etc. pero encajan y tienen más sentido si se traducen desde lenguas vikingas. Persisten en Brasil restos de poblaciones blancas rubias y de ojos azules no debidas a variaciones ocasionales de los tipos indios ni del mestizaje europeo moderno.

El origen de las más relevantes culturas meso y sudamericanas tiene su origen en la irrupción de los vikingos (vihing) en sus vidas (cosa que sus propias leyendas confirman). Sin embargo ya antes se sabe de la presencia de misioneros cristianos (los vikingos eran muy tolerantes con las restantes confesiones) provenientes seguramente de Irlanda. Dejaron en América la idea de que los hombres blancos eran básicamente inofensivos, aunque de extrañas costumbres sociales. Existen claras influencias en las religiones nativas. En el Viejo Imperio de Tiahuanacu las analogías son realmente sorprendentes.

Los reyes incas han sido siempre descritos como hombres altos y blancos, con barba y melenas rubias. Nada que tenga que ver con los nativos. Sencillamente hicieron lo que siempre. Se erigieron en las casta guerreras y feudales sobre estos pueblos y los impulsaron hacia un gran progreso y organización social. No existía el comercio (de ahí el escaso valor económico de oro y plata). En cierto modo era una dictadura paternalista y muy social en cuanto alimentación y educación. Sin embargo hubo un pretendiente nativo (mestizo) que provocó la desaparición de este Imperio Antiguo. Tras algunos años de decadencia, los vikingos volvieron a reconstruir en parte su imperio sudamericano, pero pronto volvieron a ser relegados al este, a la Amazonia y al actual Brasil y Paraguay donde existen enormes evidencias escritas y de monumentos de claro origen vikingo. Este fue el fin del imperio vikingo en Tiahuanacu. Sin embargo este periodo influyó decisivamente por toda Sudamérica dejando vestigios que han llegado hasta hoy pese a la saña inculturizadora de los misioneros españoles, entusiasmados en su empeño de borrar todo indicio de la anterior cultura.
 
A lo largo de sus obras, de Mahieu y sus seguidores han afirmado de modo rotundo que un  nórdico Ullman llegó a tierras de México y luego de entablar contactos con Aztecas, fue bajando por el continente hasta establecerse en la actual Tiahuanaco,donde instauró otro reinado, negando así de Mahieu a las leyendas aymará.

Según Jacques de Mahieu las pruebas son claras, y las enumera en una serie de artículos en sus ensayos. Menciona que - además de las inscripciones y las figuras de animales propios de la fauna europea - en el folklore inca existen relatos de hombres blancos o viracochas, y en Paracas, Perú, se ha encontrado una momia de un niño inca pero rubio.





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