En la presente obra, André Van Lysebeth trata a la
vez de la teoría y la práctica del pranayama, y hace, por primera, una
descripción auténtica, estructurada, comprensible para nosotros lo más completa
que sea posible de lo que es el prana, acompañada de imprescindible informes
complementarios sobre los nadis, los chakras, etc.
El Prana es la versión hindú de la "energía
universal", y se la consideraba muy estrechamente vinculada con la
respiración, teniendo una simbología dualista de equilibrio y flujo producido
por la tensión de dos polos opuestos —inspirar (nacer, construir, sanar) y
expirar (morir, destruir, dañar). Sumamente importante en ciertas disciplinas
como la medicina Ayurveda o el Pranayama, los brahmanes enseñaban que el Prana
circulaba por el cuerpo a través de una red de canales, de los cuales los más
importantes eran Ida, Nadi y Pingala y que, a través de las manos de hombres
ejercitados en su uso, servía para curar y sanar. También se hablaba de la
existencia de un "cuerpo pránico" que todo ser poseía, y que vendría
a equivaler al cuerpo astral o alma.
Dado que en el estado actual de su evolución, la
ciencia occidental moderna tiene la tendencia a ver en todas las formas de la
energía manifestaciones de la electricidad o del electromagnetismo, la mejor
comparación que pueda hacerse hoy en día entre el prana y un concepto
occidental moderno es, evidentemente, lo que ha hecho André Van Lysebeth con la
electricidad. Y que pueda ser fructuosa, como toda comparación, lo demuestra abundantemente
este libro. Sin embargo, una comparación, por sorprendente y probatoria que
sea, no prueba una identidad, y sería peligroso dejarse engañar por ella. Como
observa Sri Ramakrishna, cuando se dice que un hombre es un tigre, no quiere
eso decir que tenga garras y piel de tigre. A mi parecer, es verosímil que la
ciencia occidental moderna, continuando y acelerando su progreso, llegue un día
a un concepto de energía más vasto aún, del cual la electricidad no será sino
un caso particular entre otros muchos. Y entonces habrá que comparar el prana
con ese nuevo concepto.
Esta comparación entre el prana -o mejor un aspecto
del prana- y la electricidad no es nuevo, por otra parte, ni siquiera en la
India. Hace más de cien años, el muy ortodoxo Swami Dayananda Sarasvati
escribía que el dios Indra -en quien Sri Aurobindo ve la fuerza mental que
domina todas las demás fuerzas -es "la felicidad que todo lo
penetra".
Respecto a la utilización práctica del pranayama,
André Van Lysebeeth acompaña -como en sus obras precedentes- cada indicación de
todas las prevenciones indispensable. Subraya con mucha prudencia y con
toda la insistencia necesaria, las condiciones fuera de las cuales es peligroso
practicar uno y otro ejercicio. Hay que desear que ningún lector, llevado por
entusiasmo de neófito, descuide ninguna de estas advertencias, porque quien las
olvidare correría los mismos temibles riesgos a los que se han expuestos
quienes han querido practicar el pranaya dando crédito a libros menos serios.
Una obra altamente recomendable que nos introduce
en una excelente disciplina respiratoria, que entre muchos beneficios, nos
ayudará a equilibrar las corrientes electromagnéticas del cuerpo.
muy bueno
ResponderEliminarlink caido. resubid porfabor
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