¿Fue Evola antirracista? No. ¿Fue Evola
racista? No. Evola fue crítico, como escribe Lombardo en el prólogo que sigue,
tanto con el “antigermanismo 'latino', estetizante y soñador”, como con “los
mitos pangermanistas, que caen en el error opuesto”. Evola fue, a decir de
Giovanni Monastra, antiigualitario, que es cosa bien distinta del estéril
cacareo racismo/antirracismo. Para Evola el término raza es sinónimo de calidad.
Dicho de una manera más llana: hay mucha más calidad —mucha más raza—
en un nativo africano firmemente arraigado a sus tradiciones y su entorno,
libre del deslumbramiento occidental, que en un homo consumans,
rubio, con los ojos azules y la piel blanca, cuyo horizonte vital descanse en
las anfetaminas, el vehículo último modelo y el sexo a crédito... La
antropología evoliana, escribe Monastra, “no aspira a ser el producto de un
pensamiento ‘original’ en el sentido moderno del término, individualista, sino
que se proyecta como una Sabiduría universal y perenne, situada en una
dimensión arquetípica”.
Pero
no nos quedemos en la anécdota aunque la anécdota sea de calado: este volumen
es más, muchísimo más, que un reproche tradicionalista al materialismo
biológico. El principal aporte de estas páginas consiste en que la
Tradición, de la mano de Evola, entra de lleno en un campo monopolizado,
prácticamente sin excepciones, por arqueólogos y lingüistas, y sobre el que han
revoloteado políticos cuya huella no ha sido siempre muy saludable que digamos.
Ayer, por exceso. Hoy, por defecto, inmersos como estamos en la era del meltingpotismo.
Se
incluyen los siguientes textos del mismo autor:
La
espiritualidad pagana en el seno de la edad media católica.
Límites
de la regularidad iniciática
No olvidar esperar 5 segundos en cada enlace y clic en 'saltar publicidad'.
Links caídos
ResponderEliminarGracias por avisar, creo que ya están arreglados.
Eliminar