Ya
desde su novela Safari en la Zona
Rosa (1970), donde Martré pone bajo la lupa a la clase media aldeana
que de pronto descubre que puede ser cosmopolita acudiendo a los cafés,
"boites" y restaurantes de esa naciente área de destrampe, el autor
del presente libro demostró sus excepcionales dotes de despiadado disecador de
la sociedad, confirmadas más tarde con una fotografía en rojos del lumpen y los
bajos fondos citadinos en su trilogía picaresca de El Chanfalla y sus secuelas.
Pero
es en la presente epopeya, donde Martré -auxiliado por instrumentos
puntiagudos, filosos y corrosivos como el humor negro, el humor absurdo, la
parodia y la sátira, aborda con más enjundia la feroz disección de la picaresca
política, intelectual, empresarial, religiosa, militar e indígena exaltándola a
grados que ningún escritor del siglo pasado se atrevió jamás.
Radiografía
cruel, en ocasiones irreverente, de la sociedad tal como era en la última
década del siglo anterior. Quien no tenga los nervios bien templados, quien
padezca de sensiblería o nacofilia, mejor que no lea esta epopeya de vuelos
cuánticos.
(...)Los hechos aquí narrados ocurren en un universo paralelo al nuestro. Estos hechos no son serios. Esta novela, no es una novela sería, ni siquiera es novela, es una especie de saga caprichosa y libertina en prosa tornadiza.
Yo no soy un escritor serio. El país donde ocurren estos hechos -Mejicalpan de las Tunas-, no es un país serio. El planeta donde está ubicado este país es execrable. Cualquier coincidencia con el planeta Tierra es predecible, involuntaria y hasta cómica.(...)
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