Todo el mundo tiene que
agradecerle algo a Alemania, el país más civilizado y desarrollado de Europa el
cual vivió una de sus épocas más gloriosas durante los años 30 – 40, donde hizo
aportes en todos los campos de la ciencia e invento prácticamente todo nuestro
mundo moderno, aun un país tan lejano como Colombia tiene mucho que agradecerle
a la Alemania eterna, valiente y heroica.
Colombia tradicionalmente
siempre fue un país germanófilo dada la cooperación brindada a las fuerzas armadas
y a la admiración despertada por su ingenio filosófico, académico, científico,
minero, agropecuario, industrial y militar, acrecentado por un excelente y
justo intercambio comercial y una
inapreciable voluntad educadora. Pero esto ha decrecido a causa de los
resultados de la II Guerra Mundial del nuevo poderío norteamericano, y de la
degradación política y cultural, que este libro sea un recordatorio y pequeño
homenaje a todas esas alianzas y apoyos del pasado.
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