El peso de tres mil años es
una Síntesis poco frecuente de erudición histórica, penetración teórica,
valentía política y honestidad ética, que desvela de forma incontrovertible la
relación entre el etnocentrismo xenófobo del judaísmo ortodoxo, el mesianismo
sionista, la discriminación étnica antiárabe y la política imperialista del
Estado de Israel.
Israel
Shahak (1933 -2001) nació en Varsovia de padres judíos ortodoxos y sionistas.
Tras sobrevivir al internamiento en los campos nazis de Poniatowo y
Bergen-Belsen, emigró a Palestina en 1948 y allí se convirtió – según sus
propias palabras- en “parte integral del establishment del Estado de Israel.
A través de conferencias y artículos en los más prestigiosos diarios occidentales Shahak adquirió una notable presencia como intelectual enfrentado a la política expansionista israelí. Presidente desde 1970 de la Liga de Derechos Humanos y Cívicos. Shahak simultaneó la defensa práctica en Israel de los derechos de todos los ciudadanos (judíos, cristianos, musulmanes, árabes, drusos, etc.) con la investigación histórica y la reflexión teórica sobre el sionismo y el judaísmo.
A través de conferencias y artículos en los más prestigiosos diarios occidentales Shahak adquirió una notable presencia como intelectual enfrentado a la política expansionista israelí. Presidente desde 1970 de la Liga de Derechos Humanos y Cívicos. Shahak simultaneó la defensa práctica en Israel de los derechos de todos los ciudadanos (judíos, cristianos, musulmanes, árabes, drusos, etc.) con la investigación histórica y la reflexión teórica sobre el sionismo y el judaísmo.
Historia judía, religión judía es una síntesis infrecuente de erudición histórica, penetración teórica, valentía política y honestidad ética, que desvela de forma incontrovertible la relación entre el etnocentrismo xenófobo del judaísmo ortodoxo, el mesianismo sionista y la discriminación étnica antiárabe de la política israelí.
Edward Said afirma: «Es nada menos que una historia sucinta del judaísmo clásico y también del más reciente, tal y como ambos se aplican a una comprensión del Israel moderno. Shahak no sólo muestra que hay en el judaísmo (así como también, por supuesto, en otras tradiciones monoteístas) prescripciones oscuras e intolerantemente chovinistas contra varios Otros indeseables, sino que desvela además la continuidad entre éstas y la manera como trata Israel a los palestinos, a los cristianos y a otros no-judíos. Lo que resulta es un devastador retrato del prejuicio, la hipocresía y la intolerancia religiosa. La descripción de Shahak es importante sobre todo porque no sólo desmiente las ficciones sobre la democracia israelí que abundan en los medios de comunicación occidentales, sino que también acusa implícitamente a los líderes e intelectuales árabes por su visión escandalosamente ignorante de aquel Estado».
Gore
Vidal afirma: «Desde Jerusalén, Israel Shahak no deja nunca de analizar no sólo
la funesta política actual de Israel sino el propio Talmud y el efecto de la
tradición rabínica en su totalidad sobre un pequeño Estado que el rabinato de
extrema derecha pretende convertir en una teocracia exclusivamente para
judíos».
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