Hijos del Tesofosimo. La
matriz del ocultismo contemporáneo. Se trata de una recopilación de artículos
que hemos publicado en los últimos 10 años sobre temática teosófica. Algunos de
los capítulos que forman esta obra son nuevos y han sido elaborados para dar
coherencia y secuencialidad a nuestra exposición. La obra trata sobre la matriz
del ocultismo contemporáneo, la Sociedad Teosófica, de la que ha derivado un
amplio abanico de corrientes que hoy pueblan el panorama ocultista.
Para aquellos de nuestros
lectores que desconozcan los principales hitos de la
historia de la Sociedad
Teosófica, les ofrecemos un primer capítulo en donde encontrarán datos
suficientes como para percibir la importancia que tuvo en sus comienzos. Ese
capítulo difiere, básicamente, de la historia “oficial” difundida por la propia
Sociedad, inevitablemente idealizada y que esquiva los escándalos y variaciones
de rumbo que frecuentemente la acompañaron.
Se diría que todo lo que
pertenece a nuestro tiempo, alberga, inevitablemente, un cierto grado de
corrupción. La Sociedad Teosófica, por mucho que sus miembros la idealicen, no
es más que una construcción humana realizada por una mujer singular y única,
Helena Petrovna Blavatsky. Ella misma no se tenía por una santa, y sus
sucesores, a partir de Annie Besant, carecieron de relevancia pública. A decir
verdad, la Sociedad Teosófica está hoy desprestigiada, no tanto por su labor
presente, como por aquel período originario en el que, paradójicamente,
adquirió fama mundial y relevancia, tanto por sus dirigentes como por la
notoriedad social de muchos de sus afiliados. Ese período fue también, el de
los escándalos y los errores más graves que protagonizó. A partir de la muerte
de Annie Besant, o mejor dicho, a partir del cierre del “Caso Khrisnamurti” la
Sociedad Teosófica desaparece de las primeras páginas de la prensa e inicia la
vida larvaria en que hoy sigue. Pero la Sociedad Teosófica fue un tronco fértil
para que, a partir suyo, florecieran decenas de ramas, algunas de las cuales
han tenido una mayor repercusión en momentos posteriores e, incluso hoy
manifiestan cierta vitalidad. Todo el ocultismo contemporáneo, casi sin
excepción, es hijo de la Sociedad Teosófica o bien de las doctrinan enunciadas
por su fundadora. La Sociedad Teosófica creó, de la nada, una doctrina
–ciertamente espesa y confusa, pero doctrina al fin y al cabo- y también un
estilo que es radicalmente diferente al de otras agrupaciones que nacieron en
la misma época. Sus temas se reencuentran, apenas desfigurados, en todas sus
disidencias, hasta el punto de que puede afirmarse, sin temor al error, que la
Sociedad Teosófica fue la matriz de todo el ocultismo contemporáneo e incluso
de buena parte del movimiento de la “New Age”. A medida que vayamos avanzando
en nuestro estudio, estas connotaciones irán apareciendo como cada vez más
evidentes. Desgranaremos cada una de las corrientes en las que se fragmentó el
teosofismo y percibiremos hasta qué punto abarca un campo de acción
extremadamente amplio y diversificado.
Más información en el blog del autor
No van los enlaces.
ResponderEliminarSaludos.
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