La razón del por qué se publica este libro está en el excelente prólogo de Mauricio Carlavilla (Mauricio Karl) de más de 40 páginas, donde se explica las razones fundamentales del distanciamiento entre Stalin y Trosky, los motivos de las purgas, de las gigantescas conspiraciones y mutuos espionajes que se dieron entre ambos bandos durante la guerra y después y del porqué no hubo jamás una guerra contra Stalin. No es este un libro típicamente anti-comunista como algunos podrán argumentar, pero suele suceder que el veneno puede usarse también como contraveneno y Trosky era un veneno muy sutil y letal que incluso llego a infiltrarse en las filas anticomunistas.
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