Alain de Benoist traza la historia del
concepto de los derechos humanos desde la antigüedad hasta nuestros días,
mostrando cómo la relación entre derechos y pertenencia a una comunidad ha sido
sustituido gradualmente por la idea de un individuo soberano que existe
independientemente de cualquier identidad comunal o responsabilidad.
Comienza "Más allá de los Derechos
Humanos" con un examen de los orígenes del concepto de "derechos
humanos" en la Antigua Europa, en el que se definen los derechos en cuanto
a la relación del individuo con su comunidad, y se entienden como exclusivos de
esa comunidad únicamente. Esto cambió con la llegada del cristianismo a Europa,
después de lo cual los derechos se redefinieron como un concepto universal
derivado de la idea de que cada individuo es poseedor de un alma que es
trascendente e independiente de cualquier identidad social. Culminando en la
ilustrada creencia en los "derechos naturales", que encontró su expresión
práctica en las doctrinas que que surgen con las revoluciones americana y
francesa, en las que se decía que todos los individuos poseen derechos
simplemente en virtud del hecho de su condición humana. A su vez, las leyes
dictadas por el Estado llegaron a ser vistas como imposiciones negativas sobre
el individuo naturalmente independiente. De Benoist deconstruye esta idea y
muestra cómo el mito de un "hombre natural" que posee derechos
independientes de su comunidad es indefendible, y cómo esta concepción de los
derechos ha, en los tiempos modernos, llevado a su uso como arma por las
naciones más fuertes para avasallar a los Estados débiles que no se ajusten a
la forma liberal-democrática occidental de estos derechos, como hemos visto
recientemente en las acciones en la antigua Yugoslavia, Irak y Libia.
La ideología de los derechos humanos, observa
de Benoist, es un universalismo y un igualitarismo abstracto. Además, al
despojar al hombre de sus características, esta ideología implica la
estandarización, negando el derecho a la diferencia y a la afirmación de la
propia especificidad. Se da la paradoja de que la actual instrumentalización de
los "derechos humanos" lleva a la negación de los derechos del
hombre. La banalización de los derechos conduce a su devaluación.
Por supuesto que no se puede más que coincidir
con el derecho de los hombres a luchar contra la tiranía y la opresión, lo que
se cuestiona es que la ideología de los derechos humanos sea la mejor forma de
hacerlo.
De esta forma, con su claridad característica,
de Benoist nos presenta una crítica fundamental a una de las temáticas
principales de nuestro tiempo.