Cómo se Prefabricó la Segunda Guerra Mundial
Libro ampliamente ilustrado
Tras la Primera Guerra
Mundial, un buen número de territorios alemanes pasaron a poder de Polonia.
Debido a las persecuciones de los polacos, parte de la población huyó a
Alemania mientras que otros prefirieron permanecer en sus hogares. El nuevo
Estado polaco nunca les miró bien. La envidia a su prosperidad y el
resentimiento religioso, ya que la mayoría de los alemanes eran de religión
evangélica, hizo que sufrieran todo tipo de atropellos por parte de las
instituciones gubernamentales.
Es inconcebible la crueldad
con la que populachos polacos (e incluso militares) torturaron y mataron a
civiles alemanes a fines de agosto y principios de septiembre de 1939.
Cuando el 1º de Septiembre
empezó la Segunda Guerra Mundial el horror se desencadenó. El Gobierno de una
parte y las turbas polacas se lanzaron sobre los alemanes que vivían en
Polonia. Cualquier víctima era buena, con tal de que se tratara de un
alemán. Lo mismo daba que fuera un civil, una mujer, un anciano o un niño. Por
otro lado, el Ejército y las formaciones paramilitares polacas que no habían
sido capaces de enfrentarse a la Wehrmacht se mostraron extremadamente
aguerridas en la lucha contra civiles alemanes indefensos de cualquier
edad y género.
La historia de esta minoría
alemana es otro de los capítulos de “los crímenes de los buenos” durante la
segunda guerra mundial que permanecen ignorados o silenciados.