Hoy en día es prácticamente unánime el repudio
contra el fundamentalismo islámico, identificado con el terrorismo. También es
común el ver como un signo de ignorancia, superstición e intolerancia el
fundamentalismo cristiano, que constantemente vemos pintado como oscurantismo
en películas y medios de difusión. Sin embargo, el fundamentalismo judío, que
propugna el supremacismo en sus textos fundamentales y que aun hoy es fuente de
incontables crímenes, es prácticamente desconocido fuera de Israel. No sucede
lo mismo dentro de la sociedad israelí, donde es muy común oír y leer críticas
contra su propio fundamentalismo religioso.
Es por ello que, en este libro, dos valientes
judíos, con la honestidad intelectual necesaria para ello, se animan a dar a
luz la verdadera faz del fundamentalismo judío en Israel criticando lo que a
los no judíos les está prohibido criticar.
Israel Shahak y Norton Mezvinski entienden que con su denuncia van en contra de una parte del pasado que aman, pero comprenden que los integrantes de todos los grupos humanos deberían poder criticar su propio pasado, incluso antes de criticar a otros. Esto, además, conducirá a un mejor entendimiento entre los grupos humanos.
Israel Shahak, su principal inspirador, presidió durante muchos años la Liga Israelí por los Derechos Humanos y Civiles. Desde allí asistió a muchísima gente perseguida (israelíes y palestinos). Su prestigio de estudioso erudito de la historia y religión judía, además, lo convierte en particularmente autorizado para encabezar esta crítica. Su constante trabajo de traducción de la información que circula en hebreo dentro de Israel ha arrojado invalorable luz a la comprensión del sionismo. Esto puede verse con claridad en este libro, que contiene largas citas de la prensa hebrea israelí, todas ellas interesantes e incluso asombrosas.
El estudio de la religión judía es fundamental para
comprender el conflicto de Medio Oriente. Ella es el mayor recurso de
legitimidad para el Estado de Israel. Recurso al que apelaron ateos convencidos
como Ben Gurión, Weitzmann, Nordau, y el propio Teodor Herzl. En fin, los
padres fundadores. Y al que apela cada vez más el Estado de Israel a través de
todos sus canales de difusión ideológica, la educación en primer plano. De modo
que se da la paradoja, fuente de chistes, de que hasta los judíos ateos, sin
embargo, se inscriben en la línea de pensamiento de los que creen que Dios les
dio a los judíos la propiedad de la Tierra de Israel.
Los autores describen en detalle los orígenes, ideologías, prácticas e impacto sobre la sociedad del fundamentalismo. Enfatizando mayormente la tendencia mesiánica, la más influyente y peligrosa. Los fundamentalistas judíos generalmente se oponen a la extensión de las libertades humanas en Israel, especialmente la libertad de expresión. El Partido Religioso Nacional se ha opuesto continuamente a cualquier retirada de los territorios conquistados. Imprimieron y distribuyeron mapas supuestamente mostrando que la tierra de Israel, perteneciente solamente a los judíos y que requiere liberación, incluía el Sinaí, Jordania, el Líbano, la mayor parte de Siria y Kuwait. Los fundamentalistas judíos han abogado por las propuestas más discriminantes contra los palestinos. No es sorprendente que Baruch Goldstein y Yigal Amir, los asesinos judíos más sensacionales de los años 90’, y la mayoría de sus admiradores, hayan sido fundamentalistas judíos de la tendencia mesiánica. Ambos son todavía idolatrados por muchos de estos sectores, Baruch Goldstein por haber entrado a la sala de plegarias musulmana y disparado a los que estaban rezando, mayormente por la espalda, matando a 29, incluyendo niños, e hiriendo a muchos más. Yigal Amir, es visto como un defensor de la verdadera religión por haber matado al Primer Ministro Yitzhak Rabin cuando este se disponía a negociar con los palestinos. Esto no es más que la continuación de una práctica común en la historia, donde han muerto incontables judíos a manos de otros judíos que los consideraban herejes o pecadores. En el libro se encontrarán citadas investigaciones pasadas y presentes de estudiosos israelíes documentando estos hechos por siglos, además de dedicarle capítulos particulares a los dos renombrados asesinos ya mencionados. Los autores han citado y explicado extensamente pasajes de textos de la literatura talmúdica. Tales textos han sido y son frecuentemente utilizados en la política israelí y son citados en la prensa hebrea israelí.
Los fundamentalistas son hoy mayormente hostiles a
la democracia y opositores fervientes a la igualdad. Muchos rabinos incluso
están a favor de la imposición de la pena de muerte a los homosexuales judíos.
Mientras tanto, los defensores de los derechos humanos que inundan diariamente
nuestros medios con sus reclamos de igualdad, callan soberanamente sobre estos
hechos.
Peor aún, todavía existe la tendencia mesiánica
cabalística, que en congruencia con el talmud sostiene que “La diferencia entre
un alma judía y las almas de los no judíos es mayor y más profunda que la
diferencia entre un alma humana y las almas del ganado”. Uno de los principios
básicos de la Cábala Luriánica es la superioridad absoluta del alma y cuerpo
judíos sobre el alma y cuerpo no judíos. De acuerdo a ella, el mundo fue creado
solamente para bien de los judíos; la existencia de no judíos es subsidiaria.
Si se quiere que algún día los pueblos puedan llegar
a un entendimiento y la tan ansiada paz pueda ser posible, se debe denunciar y
rechazar este tipo de fundamentalismo sin que su crítica permanezca
prácticamente prohibida, lo que en nada soluciona el problema, sino que lo
agrava.