Citas
del libro:
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Si las personas no comen, mueren; y por lo tanto están obligadas a trabajar
para comer. Para mí, no había nada que sonase más difícil de entender y más
amenazador que esas palabras.
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Todavía no he comprendido lo que mantiene vivo al ser humano. Mi concepto de la
felicidad está en completo desacuerdo con el del resto de las personas.
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He pasado por tantos infortunios que uno solo de ellos podría terminar más que
de sobra con la vida de cualquiera.
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Llegué a la conclusión de que las mujeres parecen una raza totalmente distinta
a los hombres.
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Está claro que las mujeres saben disfrutar de los placeres más que los
hombres.
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Comprender los sentimientos de cualquier mujer es más complicado y desagradable
que estudiar las emociones de una lombriz.
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Uno de mis compañeros me hizo conocer el alcohol, el tabaco, las prostitutas,
las casas de empeño y el pensamiento de izquierdas.
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Existe la palabra “marginados”, que denota a los infelices, a los fracasados y
los descarriados de la sociedad humana.
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Los cobardes temen hasta la felicidad. Pueden herirse incluso con un algodón. A
veces la felicidad les hiere.
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La sociedad. Para entonces hasta yo estaba empezando a tener una ligera idea de
qué se trataba. O sea, una lucha entre individuos. Y una lucha en que el
ganarla lo supone todo. El ser humano no obedece a nadie. Hasta los esclavos
llevan a cabo entre ellos mismos sus venganzas mezquinas. Los seres humanos no
pueden relacionarse más allá de la rivalidad entre ganar y perder. A pesar de
que colocan a sus esfuerzos etiquetas con nombres grandilocuentes, al final su
objetivo es exclusivamente individual y, una vez logrado, de nuevo solo queda
el individuo. La incomprensibilidad de la sociedad es la del individuo. Y el
océano no es la sociedad sino los individuos que la forman.