ULTIMA OBRA CUMBRE DE RIVANERA CARLES, LIBRO TOTAL ESCANEADO (NO FOTOS)
El término independencia en el título del libro responde a la necesidad
de que no haya dudas sobre la cuestión que aborda, pero es absolutamente
inapropiado porque en Hispano* américa no se llevó a cabo la independencia
sino una secesión, la separación de una parle de España. Hábilmente los
insurgentes se valieron de aquella voz por razones propagandísticas, a fin de
presentarse como patriotas que luchaban para libertar a su tierra de una
opresión secular, lo cual era absolutamente falso porque Hispanoamérica no
estaba conformada por naciones sometidas a una potencia extranjera, como
ocurre, p. ej., con Irlanda respecto a Inglaterra. La única nacionalidad de los
pueblos indianos antes de la mal llamada independencia era la española. Los
actuales países eran parte integrante de España, sus provincias y Reinos, por
eso se llamaban España ultramarina, y al final también España americana.
La historia impuesta por los secesionistas vencedores es, en la
práctica, un dogma. Y los jefes de la insurgencia han sido transformados en una
especie de semidioses a los que hay que rendir un culto religioso, y nadie
puede hacerles la menor crítica so pena de ser vituperado y arrojado al
ostracismo literario.
Después de más de seis años de minuciosa investigación, Rivanera Carlés
saca a luz la historia genuina ocultada por la leyenda oficial, de la cual son
tributarias igualmente las escuelas revisionistas, v. g. la argentina, que se
limitó a estudiar el período de Rosas, aceptando como válida la mistificación
separatista. Fundado en una documentación inobjetable y sobreabundante, el
autor demuestra que la insurrección fue obra de la oligarquía conversa y no
del pueblo que era fiel a su Patria española y al Rey.
Los trabajos que han aparecido en los últimos tiempos opuestos a la
seudoindependen-cia, aunque han hecho valiosos aportes, desconocen por completo
el protagonismo en la misma de dicha oligarquía, que es la clave para
entenderla. Ignoran la hegemonía en los Cabildos y otras instituciones de
individuos de esa progenie, que no sólo eran mercaderes y hacendados sino
también prestamistas y, en muchos casos, contrabandistas y desfalcadores del
tesoro público, cuyos títulos nobiliarios, hábitos de las Órdenes de
Caballería, grados militares y otros honores, así como importantes cargos de
gobierno, fueron comprados a la Corona -en déficit permanente-, que los vendió
en gran escala a partir de Felipe IV. Asimismo, se desconoce la enorme
corrupción que ellos generaron en los virreinatos, gobernaciones y
corregimientos, así como su gran influencia y estrechos vínculos, salvo
excepciones, con las autoridades. De esta manera se pasa por alto, inadvertidamente,
la verdadera situación que posibilitó la rebelión secesionista.
Con la victoria de ésta no sobrevino la Edad de Oro sino la anarquía que
ha durado hasta nuestros días, con su secuela de despotismo, guerras civiles,
luchas por el poder, enfrentamientos sectoriales, explotación de los pueblos,
despojo de sus tierras a los indígenas, debilitamiento y desnaturalización de
la Fe Católica, aculturación y decadencia en todos los órdenes, así como la
dependencia del colonialismo de Inglaterra primero y de los Estados Unidos
después.
La historia ocultada ya no puede ocultarse.
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