Descripción

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lunes, julio 29, 2019

Mujeres Perversas en la Historia (PDF) - S.C



Mujeres perversas de la historia es un libro que pone ante el espejo a mujeres abominables que por sus prácticas despiadadas tienen un lugar en la lista de los mayores asesinos de todos los tiempos; a mujeres fatales por cuyo amor los poetas se suicidaban; a mujeres que fueron santas por cortarles la cabeza a los enemigos de su fe —no sin antes haber ido al lecho con ellos—, y hasta a reinas que entre sus faldas y miriñaques arrasaron con los destinos de un reino.

“Si hacemos una lista de personajes perversos de la historia, vamos a encontrar más hombres que mujeres, quizá porque ellos han detentado un rol más público, pero las prefiero a ellas”, comenta Susana. “Incluso, yo me atrevería a decir que han sido peores, porque después de recorrer historias de mujeres malvadas te das cuenta de que hay una tendencia a hacer de lo personal un problema político”, comenta la escritora que no puede más que referirse a Catalina de Medicis, que volvió su fealdad la condena de la corte francesa del siglo XVI, o en Catalina la Grande y la ginecocracia que la antecedió en la Rusia del siglo XVIII, en la que parecía suficiente que alguna mozuela se asomara a una fiesta con un prendedor o un vestido similar a la que ostentaban las zarinas para enviarla al cadalso.

“¿Cómo hacer entrar en razón a una mujer menos sensible a la lógica masculina que a las piedras preciosas? El bello sexo es esclavo de sus sentidos. Una soberana sacrificará la grandeza de la patria por los placeres que le dispensa su amante”, cita Castellanos al historiador Henri Troyat.

Las triquiñuelas, los engaños, los venenos escondidos en anillos y vertidos tras miradas seductoras, el uso de la belleza y su letal combinación con la inteligencia, el abuso de las lágrimas para manipular no sólo al hombre, sino a los hijos herederos del poder paterno, son algunos de los métodos que después de cruzar las más de 350 páginas del libro parecen llevar la impronta de la perversidad femenina. 

Pero una de las cosas que más sorprende de los relatos es que la mayoría de los hombres —por alguna razón sus víctimas favoritas— parecen incautos, asisten a los hechos sin darse cuenta de con quién estaban durmiendo. “La maldad soterrada, que se esconde, la astucia cruel y la provocación son los pilares de las mujeres de poca bondad”, asegura Susana, quien cree que mirar la maldad de estas mujeres es de alguna manera como mirarse al espejo. “Quizá, después de todo, la fragilidad y la delicadeza no sean exactamente las características femeninas por antonomasia”.

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