Descripción

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sábado, marzo 02, 2019

Después del Reich. - Giles MacDonogh

Crimen y castigo en la posguerra alemana. 
La brutal historia de la ocupación aliada. 


Buscar la total ecuanimidad en un historiador seguramente es una quimera, pues inevitablemente todos nos encontramos marcados en mayor o menor medida por nuestra educación, nuestras experiencias personales y sin duda, por nuestras opiniones políticas y sociales.

Pero en ocasiones podemos encontrar la honradez. Este es el caso de Giles Macdonogh que ha tenido el valor de escribir sobre un periodo de tiempo poco conocido por el gran público, la posguerra de la Segunda Guerra Mundial, un periodo que casi todos los libros y casi todos los documentales olvidan. Imagino que resultará mucho más cómodo finalizar este capítulo de la Historia con la caída de Berlín y poco más.
Pero hubo más, mucho más. El final de la guerra dio paso a algunas de las mayores atrocidades que ha conocido Occidente, fue una posguerra cruel y vengativa en la que los vencedores, como auténticos señores de la guerra, se repartieron el mundo y causaron el sufrimiento y la muerte de millones de personas con la más absoluta impunidad.

Giles Macdonogh no es un autor revisionista, ni mucho menos, no cuestiona cifras ni acontecimientos de la historiografía oficial, pero es un autor que haciendo un alarde de honradez describe con profusión de detalles y testimonios uno de los capítulos más vergonzosos de la historia.

Una obra bien documentada, con multitud de referencias bibliográficas que sin duda se convertirá en una obra de referencia para aquellos que quieran conocer los crímenes y abusos cometidos durante la posguerra.

Giles MacDonogh ha compuesto una magna obra en la cual sosegadamente clama contra los abusos cometidos contra los alemanes sobrevivientes. En sus palabras:“Este libro no pretende excusar a los alemanes, pero no duda en poner en evidencia a los Aliados victoriosos por el modo en que trataron a los enemigos en tiempos de paz, pues en la mayoría de los casos no se violó, mató de hambre, torturó o apaleó hasta la muerte a los culpables sino a inocentes. Los verdaderos asesinos murieron con demasiada frecuencia en la cama”.

El simple dato de 2.250.000 alemanes muertos después de finalizar la guerra, número muy superior al de soldados muertos (1.800.000) da fe de la crudeza de la liberación aliada. El historiador inglés abunda en datos seleccionados por zonas y contrastando las diferencias entre los actos de los americanos faltos del deseo de venganza y con cierta visión política con los británicos, franceses y rusos sedientos de sangre y saqueo.

Máxima culpabilidad cuando se documentan los años de conversación y negociaciones vendiendo la piel del oso antes de cazarlo. Después de Stalingrado todos sabían que la guerra estaba perdida para Alemania y tuvieron tiempo para hacer las cosas bien hechas. Sin embargo no les fue dado el concierto moral para llevarlo a cabo y acumularon millones de muertos sobre sus cabezas que tristemente nadie reclama ni nadie defiende. 

Un ejemplo de la barbarie y la vergüenza que viste a los victoriosos aclamados en olor de multitudes pero con las manos manchadas de sangre, en este caso alemana. Un texto necesario para dar equilibrio a cualquier conversación sobre Hitler, los nazis y la segunda guerra mundial.

Para leer unos fragmentos estremecedores del presente libro recomiendo la siguiente entrada

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