Descripción

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lunes, febrero 04, 2019

Rusia no es cuestion de un dia - Juan Eugenio Blanco.


Juan Eugenio Blanco nos ofrece en estas páginas que vais a leer una evocación de la campaña de la División Azul en tierras de Rusia, y su narración ha de constituir con toda seguridad, para cuantos la vivimos, un magnífico archivo de los recuerdos de aquellos largos e interminables días que transcurrieron bajo los ardores del estío o entre la nieve de los largos y desoladores inviernos.

Pero lo más importante es que todas las páginas de estos relatos son historia pura, vivida y sufrida día a día, y escrita bajo la impresión cálida y ardiente en el mismo escenario de la acción.


"Cuando el 22 de junio de 1941 Hitler traicionó a Stalin y la Wehrmacht invadió Rusia (Unternehmen Barbarossa) el Gobierno español decidió reclutar una fuerza de voluntarios para luchar contra la Rusia soviética, devolviendo la visita que el comunismo había hecho a España durante la Guerra Civil y para agradecer a la Alemania nazi la ayuda prestada a los nacionales por la Legión Cóndor (que compensaba la prestada por la Unión Soviética a los republicanos). La idea fue del cuñadísimo Ramón Serrano Suñer, prominente -aunque tardío- falangista, Ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de Franco y bien relacionado con la jerarquía nacionalsocialista alemana (el propio Serrano promovió la reunión entre el Führer y el Caudillo en Hendaya el 23 de octubre de 1940). Con autorización de Franco y tras la aparición de Serrano en el balcón de la sede de Falange en el nº 44 de la calle de Alcalá y su ¡Rusia es culpable! el entusiasmo se desbordó. Se organizaron banderines de enganche en Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Sevilla, Cádiz, Valladolid, La Coruña, Burgos, Bilbao, Córdoba, Ceuta, Melilla, etc.
Acudieron miles de voluntarios, sobre todo universitarios (mayoritariamente falangistas, un 80%) pero también operarios de la industria, funcionarios, soldados ya licenciados del Servicio Militar y jóvenes que por su edad no habían podido combatir en la Guerra Civil, incluso soldados republicanos cautivos que así conseguían salir de los campos de prisioneros. Se presentaron más de 25.000 aspirantes, al punto que el número excedía de los necesarios para integrar la plantilla de una división, por lo que en ocasiones hubo que sortear las plazas y rechazar a muchos voluntarios ilusionados. Las coplillas falangistas anunciaban que:

Ahora que Franco ha ganado la guerra, …..rumba la rumba la rumba la…..Volveremos a empezar, tomaremos Gibraltar, domaremos porque sí al Imperio Marroquí, si nos da por la elegancia tomaremos toda Francia, Rusia es cuestión de un día para nuestra infantería….."
 
No pretende, por tanto, nuestro camarada Eugenio Blanco servirnos una composición literaria nacida con premeditado afán de lucimiento, sino un relato en forma de reportaje, en lenguaje íntimo, voluntariamente desprovisto de aderezos retóricos que pudieran falsear el encanto de su autenticidad.

Es, sencillamente, la irrefrenable expansión del alma de un divisionario, trasladando a letras de molde todos los recuerdos captados en las tierras lejanas y duras donde luchó con su división.

Peso: 7,22 MB

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