Descripción

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domingo, marzo 08, 2015

Nicolás Márquez - El Canalla : La verdadera historia del Che


Desde muy joven, Ernesto Guevara de la Serna forjó un temperamento duro, cruel, temerario y acarreó una extraña propensión al suicidio (tendencia que de alguna manera materializó). Predicó y practicó el odio como factor de lucha (sin tener muy en claro contra qué ni contra quién luchaba).

En sus escritos y alocuciones se advierte un notable desprecio por los negros, los indios, los bolivianos, los homosexuales ( a quienes confinó en campos de trabajo forzados), los cubanos, sus propias esposas (se casó dos veces) y hasta por los guerrilleros de su propia tropa, a quienes no vacilaba en fusilar ante la menor desavenencia. Combinaba su desprecio por la vida (propia y ajena) con un humor sarcástico y elegante heredado por su educación aristocrática.

Lector voraz, ajedrecista intuitivo, provocador contumaz, comunista tardío y fusilador sistemático (los muertos en su haber se cuentan en centenas) son algunos de los tantísimos rasgos de este popular y a la vez desconocido personaje.

Por su multifacético rol contó con varios apodos: "El Chancho" (dada su enemistad con la higiene personal); "El Carnicero de la Cabaña" (en honor al campo de exterminio en "La Cabaña" que él comandó); "El Canalla" (tal como se acostumbra a llamar a los hinchas del club de fútbol "Rosario Central", al que él adhería); y "Che Guevara" (tal como mundialmente se lo conoce).

Promocionado como un inmaculado prócer en la Cuba castrista, el Che contribuyó a instalar en la isla el más prolongado y brutal totalitarismo de la historia contemporánea de las Américas, intentando además llevar adelante infructuosos golpes de estado en el África y Latinoamérica, incluso conspirando contra presidentes democráticos de la Argentina y de Bolivia.

Muchos de sus acólitos lo veneran alegando que "el Che murió por un ideal". Argumento efectista aunque falaz, puesto que lo trascendente en Guevara no es que "haya muerto por sus ideas" sino que haya fusilado a mansalva por imponerlas. No murió "en defensa de la paz", ni de "la libertad", sino atentando contra estos valores. Lo esencial en Guevara no es cómo murió, sino cuánto mató (y ordenó matar) cuando vivió y con qué objetivos póstumos llevó adelante tamaña masacre.

Pero ocurre que existe una curiosa tendencia a juzgar los ídolos de izquierda en función de sus objetivos (supuestamente nobles) y no por sus resultados (comprobadamente desastrosos), que en definitiva son lo único importante.

El presente libro es la biografía que destruye la historieta del Che Guevara "filantrópico y justiciero" para dar paso al Che Guevara real. Con este documentado trabajo, ha muerto el "anto laico" y ha nacido el Canalla.




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